Las salas polivalentes se utilizan para hablar con los pacientes, hacer curas y exploraciones, y almacenar equipos médicos. A lo largo del día, siempre hay períodos en los que no hay nadie en estas salas, pero las luces permanecen encendidas y consumen energía innecesariamente. La regulación constante de la iluminación en función de la luz natural y la presencia es el modo de control más eficiente desde el punto de vista energético.
En estancias con una sola pared con ventanas, la eficiencia energética se puede optimizar incluso con un solo detector de presencia en la sala. Para ello, las luces alejadas y cercanas a las ventanas se dividen en dos grupos con una compensación de regulación entre ambos grupos. La ventaja: si entra suficiente luz desde el exterior, las luminarias cercanas a la ventana pueden atenuarse, aunque se siga necesitando una intensidad de iluminación del 100 % en la zona alejada de la ventana.